lunes, 28 de abril de 2008

Fresquito (bis)

'Fresquito' encabeza el último post de mi compi y así empiezo a sentirme. Se acabaron las manías físicas de estas semanas porque la primavera está aquí y ya he tenido suficientes oportunidades para recibir su llamada de efervescencia. Ni vitaminas ni medicamentos. Sólo hay que dejarse llevar por el fresquito. Tomo nota.

Cupido existe

Hay personas que se graban en el corazón sin un motivo aparente. Basta una simple mirada para que una cara, un gesto o una sonrisa no se olviden nunca. Es una sensación fácilmente reconocible: Algo se ilumina en la mente y su destello deja una marca imborrable en la memoria. Eso fue lo que me ocurrió hace ya algunos años, cuando la conocí en Alicante. Entonces no sólo me pareció una chica guapa, era otra cosa, era especial. Conseguía que todo lo que la rodeaba fuera radiante. Su alegría desbordaba todo lo que hacía y escribía. Entonces no le di demasiada importancia.
Ha pasado el tiempo y nada ha cambiado, sigue igual. El transcurrir de los años no le ha hecho perder ni una pizca de aquel carácter. Es más, la madurez le ha aportado serenidad. Fue en nuestro reencuentro en Valencia cuando descubrí que no me la podía sacar de la cabeza. A su lado era feliz. Era suficiente una sonrisa suya para dar por bueno el día. Fue lo único agradable de una etapa sombría de mi vida en lo profesional y en lo personal. El rumbo que tomaban los acontecimientos no era el que yo hubiera deseado pero no tenía la fortaleza necesaria para cambiarlo. Coincidencia o no, la visita del Papa a Valencia pareció devolverme las fuerzas, rompí con todas las ataduras y establecí un nuevo sistema de prioridades. Comencé un camino que sólo me podía llevar a ella.
- Te quiero.
Me costó más de un año pronunciar las palabras que siempre me asaltaban en su presencia. Fue un acto reflejo, no lo había premeditado, pero cuando oí que salían de mi boca sentí un gran alivio. Por fin me había decidido. Las dije sin esperar una respuesta, ingenuo, sin saber que me conducirían al periodo más feliz de mi vida.

sábado, 26 de abril de 2008

Coge el escaño y corre

Pasan los días y se aclaran las intenciones. Mientras la gran esperanza roja de Alicante se escabulle para aferrarse a las prebendas de Moncloa, en Valencia, aunque todavía no ha pasado nada, la revolución está en marcha. Los acólitos del ex president ya empujan a Alborch hacia Madrid. El congreso que aclarará los destinos está a las puertas y más vale coger buen sillón (aún a costa de los que están sentados) para no quedarse fuera. El discurso, como siempre, es lo de menos. Que si estructura comarcal, provincial o la madre del cordero parece ruido de fondo que traen los de la capital para esconder la limpia que se avecina y que resulta, por otra parte, imprescindible para desenterrar el cadáver socialista. El cónclave que debería servir para coger impulso y rescatar los votos trasvasados al otro lado del Ebro se ha convertido en el escenario de una batalla que sólo servirá para garantizar la jubilación de los de siempre. Y luego dicen que pierden las elecciones por culpa de la Fórmula 1. Qué vergüenza!

miércoles, 23 de abril de 2008

Aterrizando

Él, más delgado, ella, con el pelo más largo y, ambos, con la incertidumbre del qué vendrá ahora. A simple vista no se aprecian más cambios. Quizás cuando rasquemos un poquito la superficie podamos observar la mutación, la transformación espiritual que supone haber pasado por cuatro continentes en menos de siete meses. De momento, su único síntoma es el shock del regreso, el parón tras la inercia del movimiento continuo. Ha sido algo más de medio año alrededor del mundo, alejados de cualquier rutina y el regreso a la normalidad será muy duro. Apoyo para tomar tierra no les va a faltar.

jueves, 17 de abril de 2008

Tarantinooooooo!



Cuidado, Muchachada Nui vuelve!

miércoles, 16 de abril de 2008

Astenia primaveral

Últimamente no sé qué escribir. Me cuesta encontrar un motivo para sumergirme en la duda a la que me he acostumbrado en estos últimos tiempos. Quizás es que, siguiendo un argumentario felino, he encontrado un puerto en el que cobijarme y estoy feliz. Puede. También podría ser que la astenia primaveral haya hecho mella y que sea éso lo que no me deja levantar un dedo sin quejarme antes o, como propone mi bien, que sólo es que estoy mayor. Quien sabe.
Espero que se me pase pronto porque he encontrado nuevos compañeros en la blogosfera con los que interactuar y recuperar la chispa. Quemaré incienso y pondré una velita a Shiva a ver si encuentro una solución.