miércoles, 23 de abril de 2008

Aterrizando

Él, más delgado, ella, con el pelo más largo y, ambos, con la incertidumbre del qué vendrá ahora. A simple vista no se aprecian más cambios. Quizás cuando rasquemos un poquito la superficie podamos observar la mutación, la transformación espiritual que supone haber pasado por cuatro continentes en menos de siete meses. De momento, su único síntoma es el shock del regreso, el parón tras la inercia del movimiento continuo. Ha sido algo más de medio año alrededor del mundo, alejados de cualquier rutina y el regreso a la normalidad será muy duro. Apoyo para tomar tierra no les va a faltar.

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