lunes, 5 de noviembre de 2007

Figuras espectrales

Hace tiempo que no está pero casi nadie se ha dado cuenta. Se fue como llegó, en silencio, sin hacer ruido, sin despedirse. Su lugar estaba al fondo de la redacción y no daba más muestras de su existencia que un escueto 'hola' al pasar por entre las mesas. Se sentaba y dejaba que transcurriesen unas horas antes de recoger sus cosas y emprender la marcha a casa o adonde quiera que fuera. Algunos dicen que el director no quiso que continuase pero dudo hasta de que supiese que trabajaba con nosotros. Creo que sencillamente un día se quedó y nadie le dijo nada; se convirtió en un objeto más del periódico.
Durante su exigua estancia en la redacción ha aportado más bien poco por no decir nada. Ni tan siquiera fue capaz de buscar un restaurante donde celebrar la última fiesta de los becarios. No era una habitual de los corrillos ni una fuera de serie de la información. No, supongo que sólo venía a darse un pequeño paseo diario para bajar la comida.
En realidad creo que ella, al menos su espíritu, se fue con el resto de los becarios pero que su cuerpo se resistió a marcharse y se quedó con nosotros un tiempo más. Efectivamente, era un ser tangible, respondía a los estímulos aunque poco más. Al final, no aguantó, se decidió a caminar hacia la luz para reencontrarse con los suyos. Adiós, espíritu, que te vaya bien.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu correo me devuelve los mensajes. Dime si te llegaron los de ayer. Dani

Anónimo dijo...

Planteas una descripción triste, desoladora y, por desgracia, muy real. Tal vez por eso es tan decepcionante. Quienes dudamos del futuro de esta profesión y, de hecho, estamos trabajando por abandonarla a medio plazo apenas tenemos ya ningún asidero al que agarrarnos, alguna chispa de esperanza que nos haga recapacitar. Los que van por delante de nosotros -decrépitos, cansados, corruptos...- no suponen ningún estímulo; los que vienen por detrás, dibujan un panorama tan anodino y mediocre que, sin querer, te arrastran cada vez más lejos de esta profesión. Una labor podría ser una gran y apasionante vocación pero que pasará a la historia como una de nuestras mayores frustraciones personales. Salut!

Anónimo dijo...

Ilegorri, no sé quién eres... pero sí te digo, yo soy de los que se fue, con apenas 26 años recién cumplidos dije adiós al trabajo que soñé durante años... Peter Parker lo sabe bien. Ganas poco, trabajas más horas que un reloj, te toca tragar de todo y, lo más importante, exáctamente tal y como has escrito, miras hacia arriba y lo ves crudo, miras hacia abajo y dices, "paso de ellos, menuda banda que se nos viene". Por un lado te queda pensar que a poco que seas medio bueno, en el futuro tendrás un lugar de peso y con capacidad de decisión para cambiar las cosas... Yo no me atreví a esperar porque en cuanto me llegó una oportunidad digna me marché al mundo marketiniano, donde también curras como un cabrón pero sabes en lo que estás y lo que eres, no hay frustración porque no ejerces servicio público o lo intentas, sólo vendes... no está mal... Pobre de esta niña, algún día dirá que trabajó en el mundo. Quizá llegue a consellera o ministra, pero para entonces ya ni nos acordaremos... Viva la copa del america!! Os echo de menos panda de cabrones...

Peter Parker dijo...

Bueno, dos íntimos que no se reconocen. Lo nunca visto. Desafortunadamente, no puedo dejar de coincidir con ambos. La cosa está muy malita. Al principio pensé: mejor, así tenemos garantizado el futuro pero creo que a este paso el futuro consistirá en que lo hagamos todo los mismos de siempre y encima sin ayuda. Aun así, todo lo que pueda empeorar empeorará...

Anónimo dijo...

Tu reloj no está actualizado.

Anónimo dijo...

El relato es estupendo pero mejor es la broma privada. Quien conozca la historia se parte el ojete. Qué gran verdad madre mía.

Peter Parker dijo...

Si soy sincero, no tengo ni idea de cómo cambiarlo. Lo siento, esperaré a que vuelva el horario de verano para que vuelva a estar en orden.

Anónimo dijo...

Arrinconado más allá de la puerta del wc, la realidad se ve con algo de distancia. Lo siento, pero no yo me resisto a sospechar de mis propias intenciones. Estamos en una selva, inhóspita, áspera, cruel y sucia, en la cual nosotros mismos nos hemos convertido en animales, lianas con pinchos, o flores venenosas. Aquí, el que no tenga unas buenas garras por delante, lo tiene crudo, y a veces nos basta con decir "no sirve para explorador de la selva", creyendo que el dolor que nos llevó a convertirnos en fieras nos da derecho a creer que todo el que viene tiene que pasar por lo mismo.
Algún día (esperemos que sea más pronto que tarde) comenzará a extinguirse este ecosistema, y ójala entonces crezca otro que permita entrar y salir con alegría, sin envenenarse, pudiendo elegir sin daño el quedarse o el irse, que transmita su conocimiento de naturaleza sin pagar precio por ello, y sobre todo donde quienes sufren el dolor de los verdugos no se conviertan en hachas mecánicas que ya se han acostumbrado a ejecutar sin pensar.
Mientras tanto, una servidora (humano e imperfecto como el que más), quisiera pediros perdón por la parte que me toca, a vosotros y al futuro que dejamos construído, y aunque se me va endureciendo la mirada y las esperanzas, no sé si para engañarme o para nutrirme de fuerzas os diré que ya que no me ha tocado a mí o no he sabido empuñar la revolución que cambie nuestros corazones, al menos "A força de nits, invento les albes, que, cada matí desvetllen la plana, i espero el seu crit que em digui "és ara", per ser al seu costat si serveixo encara."
Al menos siempre podré decir que fue divertido, porque con vosotros me río bastante a menudo, lo cual no deja de ser un oasis. Gracias.

Peter Parker dijo...

Querido/a desdeelwater, esta historia no va de batallas o heridas en el fragor de la batalla. No tiene que ver con la situación deplorable de la profesión, ni tan siquiera con solazarnos a costa de las bestias en las que nos hemos convertido. Es algo más, va más allá. Nunca he juzgado a nadie por su valía profesional y no lo voy a hacer ahora. Se trata de evidenciar una posición vital abúlica. No deseo que nadie pase las penitencias que se afrontaron en el pasado ni que se perpetuen injusticias absurdas porque otros las sufrieron antes. Sólo cuestiono el paso de una persona por nuestras vidas que no ha dejado ni una mínima huella a la que agarrarse que te impulse a preguntar por ella. Así de sencillo.

Mientras tanto, seguiremos esperando esa voz en grito que ilumine la llegada de la revolución.