lunes, 15 de octubre de 2007

Oasis laborales

Pocas veces encuentro una sensación especial en el trabajo. Habito excesivamente en lo cotidiano y sólo algunos detalles consiguen difuminarlo. Con todo, en ocasiones ocurre. Unas veces son los sucesos otras, como ahora, los especiales. El último me ha parecido casi impecable; Nada que objetar (menos aún viendo la competencia). Sin duda, ha constituido una de las mejores experiencias como redactor. No se trata de haber conseguido un texto genial, una buena historia o cualquier otro logro personal sino de algo más relacionado con el grupo. Todos los que participaron en su elaboración han aportado algo suyo y el resultado ha sido más que bueno.

He de confesar que en un primer momento me apetecía afrontar el suplemento en solitario. El tema me interesaba y era el primero para el que me designaban oficialmente como coordinador (si no contamos el de las fiestas patronales). El exceso de trabajo me obligó a reclutar a los míos, en los que más confío, y ahora, con el documento en las manos, me alegro de que haya sido así. Hemos sabido trabajar juntos y no me ha parecido excesivamente complicado, algo que no sucede en el día a día, donde nos perdemos constantemente en el individualismo. He ejercido de responsable pero lo cierto es que no he hecho más que dejar que los demás aportaran sus ideas. Quizás la clave esté en esto mismo, en no mirarnos tanto el ombligo, abandonar la búsqueda de la gloria personal y preocuparnos más por el éxito global (casi parafraseando el nuevo lema de El País). Ocurre en otros periódicos y creo que hemos demostrado capacidades sobradas para llevarlo a término. Sólo hace falta que los de arriba olviden sus cuitas y sus malos modos, sepan ver la valía que desprende su redacción y recompensarla.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Hombre, pues me alegro que estés tan satisfecho. Porque aparte de eso, pocas recompensas más creo que van a llegar. Aunque por otro lado, ¿existe mayor recompensa que esa?

Peter Parker dijo...

Para mi ninguna. Espero que si llega alguna sea para ellos, porque algunos están en situaciones muy complicadas. El reconocimiento de que hacen las cosas bien sería un buen comienzo.

Anónimo dijo...

Renunciar a lo que somos en función de lo que podríamos llegar a ser. Es la clave del desarrollo personal y, también, común. A ver si aprenden, porque podemos ser mucho mejores si nos dejan.

Peter Parker dijo...

YO soy Peter Parker

Marta Luth dijo...

Qué fuerte, creo que veo doble.

Mel Alcoholica dijo...

Qué superfuerte! Creo que yo también veo redoble!

Anónimo dijo...

Pues la verdad, eso de que Espiderman necesite ayuda para hacer un suplemento me parece un poco triste. ¿qué hará cuando ataquen los supervillanos? ¿ponerse a llorar?
Lo dicho, muy triste
Victor Von Doom (aka Dr. Doom)

Peter Parker dijo...

No hay más que ver la peli, que al final tengo que pedir ayuda para batir a dos villanos de pacotilla. Y encima tengo dobles por ahí.