jueves, 13 de septiembre de 2007

Ciencia-ficción

Punset, Asimov, Bryson y compañía engrosan las estanterías de mi cuarto desde hace un par de semanas. Han sido las últimas incorporaciones a mi exigua biblioteca. Ni poesía ni ensayo ni novela negra, ciencia pura y dura. No sé si preocuparme por este brote de freakismo, pero un día, camino del trabajo, me asaltó la duda. ¿Cómo sabemos qué edad tiene la tierra o cuándo se formó el universo? ¿Y las estrellas? ¿A quién se le ha ocurrido la forma de establecer el cálculo? Los libros de texto de mi infancia tenían una respuesta contundente para cada una de estas preguntas. Es más, ofrecían una precisión milimétrica y, entonces, las acepté sin titubear. Pero cuando ese día escuché por la radio que Plutón quedaba descartado como planeta, aquellas enseñanzas se tambalearon. No puede ser, pensé, ¿Por qué? El locutor ofreció inmediatamente una explicación sencilla: existen centenares de satélites y asteroides en la misma órbita que incluso le superan en tamaño y es más fácil quitar uno que añadir cien. Toma, adiós a un año de clases. Ya sabía yo que ir al colegio era perder el tiempo.
Me hice entonces con un buen puñado de libros de divulgación científica para intentar fijar mis conocimientos y evitar nuevos sustos. Bueno, pues me han bastado un par de semanas para abandonarlos. No merece la pena continuar. Los astrónomos y los físicos no soportan un análisis riguroso. Establecen teorías que cualquier otro tumba de un plumazo pasados dos días de promulgarlas. Pensé que los periodistas eramos unos suicidas por escribir historias con una fecha de caducidad de vértigo. Pero, a veces, como sin quererlo, aparecen este tipo de cosas que te dan un poco de vidilla. Al final resulta que las profesiones que parecían más sesudas y rigurosas no dejan de ser tan endebles como la nuestra.

5 comentarios:

Ra dijo...

A mi me paso igual cuando que vi el anuncio por la tv de una empresa de compresas ( la marca no la digo para no hacer publicidad )y aquel anuncio repetitivo de " a que huelen las nubes " desde ese dia mi vida cambio por completo...te entiendo amigo.

Juanjo Marcos dijo...

Peter, me alegra ver que has abandonado el Muy Interesante, aunque sea por unas semanas. Además, una cosa es la ciencia y otra la divulgación, que por pretender ser atrayente a veces se excede (como nosotros). No tires por tierra el arduo camino hecho por miles de personas a lo largo de un par de milenios!

Peter Parker dijo...

No, Claudio, sólo que en el trabajo de divulgación también colaboran los científicos. Además, recuerda que hasta el propio Einstein se burló de la teoría de las placas tectónicas antes de morir.

Juanjo Marcos dijo...

Pues que debe uno reirse, pero no por ello ser incrédulo ante todo. Léase el viaje a la luna

Peter Parker dijo...

Desde luego, sigo creyendo en la ciencia y en Punset aunque con ciertas reservas. El muy interesante también estará siempre conmigo...