jueves, 6 de septiembre de 2007

Fantasmas

No, creo que no tiene nada que ver con la edad. No estoy especialmente refunfuñón a pesar de la treintena. Sólo es que no acabo de hacerme a la idea. Hace tiempo, cuando empezaba en esto del periodismo, los becarios nos dejábamos todo para conseguir un hueco, por miserable que fuera, al lado de los redactores de verdad. Nos entusiasmaba estar cerca de un profesional. Era como acercarse un poquito a la meta. Nos lo creíamos. Muchas veces me he quedado sin comer por cubrir un tema que consideraba interesante, que me gustaba. Sucedía especialmente al lado de mi 'padre', Emili Gisbert. Y veía que mis compañeros sentían lo mismo.
Ahora no es así. Y no sólo en nuestra redacción. Los becarios ya no están; se han ido y nadie llora su ausencia. Al revés, casi es un alivio. Durante estos dos meses han pululado como fantasmas por el periódico, arrastrando cada encargo como si fueran pesadas cadenas. Creía que todo era consecuencia de mi imaginación, que realmente la edad me estaba afectando, hasta que me enteré de que montaban una fiesta porque, por fin, ya no tenían que volver. Un compañero todavía no ha conseguido encajarse la mandíbula desde que se lo confesaron abierta y alegremente. Quedaban liberados de su condena.
Bueno, pues cuando parecía que ya no volverían, me encuentro con que uno de los penitentes ha conseguido quedarse (a su pesar, claro). Increíble. Lo que a cualquiera en mi tiempo y no hace tanto le habría costado sudor, lágrimas y algo más, a ella se le ofrece sin más, sin mostrar más entusiasmo que el funcionario que sella un documento en la oficina del Inem. No tengo nada contra la ciudadana en particular pero la situación no deja de incomodarme. Las cosas han cambiado. En realidad la condena no era para ellos, es para nosotros.

2 comentarios:

Juanjo Marcos dijo...

Nosotros nos pasamos de pardillos. Es cierto. Pero lo de ahora coincido contigo que es anormal. Esta profesión sólo se justifica en la vocación. Sin ella, hay mil sitios mejor para vivir. Donde, además, molestarán menos.

Peter Parker dijo...

Lo peor es que ahora se pregunta qué es lo que tiene que hacer para seguir. Claudio, tenemos trabajo para rato!